La ingente producción literaria de Gonçalo M. Tavares parece estar relacionada con el desasosiego que desemboca en el decir constantemente o en el estar constantemente diciendo. No es un rasgo menor, entonces, que este libro sea el primero publicado y a la vez, desde su subtítulo, pretenda dar cuenta de una poética del movimiento. No es menor y convendría recordarlo a la hora de enfrentarse, por ejemplo, a cierta voluntad de dar cuenta de la inestabilidad del discurso mediante el ensayo con las preposiciones o con la carga semántica de las mayúsculas, pues este libro trata sobre el movimiento del cuerpo en el espacio y del orden del discurso. Esto, que dicho así puede parecer un gesto vanguardista algo tardío, en Tavares ?como casi todo en su obra? adquiere un valor productivo: «Lo importante de la respiración es el modo en que parece no existir», dice Tavares, con una sutileza y una potencia que avanzan, de algún modo, las posibilidades del autor al que Saramago profetizó un Nobel.