Es un día cualquiera en el bosque. En la consulta de la enfermera Audacia, un topo con bandeja de metal y jeringuilla, cada paciente espera su turno, cuando irrumpe en el claro un cazador de gatillo fácil. Por casualidad y suerte, una de las balas que iba derecho al pecho de un lobo es desviada por la percha del suero que está recibiendo en vena un conejito. Como el código lupino es claro como el agua (un lobo debe proteger y cuidar a quien una vez le salvó la vida), este último se lleva el animalito y huyen juntos bosque a través. Este solo es el principio de un viaje inesperado, una carrera imprevista. El lobo solitario tiene que cargar con el conejito frágil e ingenuo (y su gotero) a quien aún le quedan cinco meses de tratamiento. La obra tiene múltiples matices: es realista y frenética, y también sensible y divertida. Usa un tono desenfadado y cómico, aunque los sucesos relatan una supervivencia.