Éste no es un libro sobre las ciencias de la vida, también son unas memorias y una declaración de posiciones filosóficas y éticas, con apasionantes observaciones e inesperadas anécdotas, fruto de años de trabajo de campo. Wilson define la biofilia como «el impulso de asociación que sentimos hacia otras formas de vida». Los millones de años durante los cuales el Homo sapiens se relacionó con su entorno crearon una necesidad emocional congénita de estar en contacto con plantas o animales. Wilson conecta los hechos y la filosofía de la biología evolutiva con nuestra cultura y experiencia cotidiana para demostrar la pervivencia de ese vínculo y la importancia de conservarlo. Nuestra existencia como la del resto de los seres vivos dependen de esta conexión ancestral.