Todo arte está mediado, a la vez que el arte es un agente de mediación. Por lo que trazar una genealogía de la mediación deviene en este libro una suerte de historia del arte, analizándose el trabajo de algunos de sus protagonistas, como son William Turner, Clement Greenberg, Daniel Buren, Joseph Kosuth, Harald Szeemann, Seth Siegelaub, Lucy Lippard o Tania Bruguera, entre otros. Hablar de mediación implica tantear la cuestión de la autonomía del arte y su capacidad de agencia, la performatividad, la muerte del autor, la génesis del comisario-autor, el supuesto no arte, así como el llamado giro educativo e incluso el más reciente giro material. En la mediación es donde se sustenta el arte en tanto que convención, a la vez que, por la misma razón, es donde el arte encuentra la semilla de la disrupción.