Si en su primer libro, Así se domina el mundo, Pedro Baños exponía cómo, para qué y con cuáles estrategias los poderosos intentaban, en dura pugna entre ellos, controlar a países y personas, en esta nueva obra da un paso más hacia la plena democratización de la geoestrategia y detalla cuáles son los instrumentos que se emplean para lograr ese predominio planetario.
La fuerza militar, la capacidad económica, la diplomacia, los servicios de inteligencia, los recursos naturales, el conocimiento y la comunicación estratégica, entre otros, se muestran como las herramientas que utilizan las grandes potencias para imponer su voluntad y control. En la balanza para medir el poderío de las naciones figuran también la demografía y la tecnología, factores que cambiarán el escenario internacional en los próximos años. A partir de esta perspectiva se deja entrever la inquietante hipótesis de un cambio en el paradigma geopolítico, premisa que termina por completar los tentáculos que conforman el poder.