¿Qué clase de hombres haría «del mundo un lugar mejor para todos»? ¿Qué pasaría si redefiniésemos la vieja, machista y anticuada versión de la masculinidad para abrazar una nueva manera de «ser hombre»? La práctica de lo masculino suele identificarse con experiencias extremas: ganar batallas, seducir a mujeres o ejercer el mando. Pura adrenalina. Pero hay otros caminos. Grayson Perry ha escrito un manifiesto para hombres donde se analizan con humor fenómenos tan masculinos como la violencia, el exhibicionismo físico o la competitividad. Una de sus propuestas es renunciar a la voluntad de poder y asumir las emociones como parte esencial de nuestra felicidad. "La caída del hombre" incluye ilustraciones del propio autor.