Las piscinas de Long Island parecen un buen lugar donde languidecer y poner sordina al mundo exterior, pero Alex ya no es bienvenida allí. Acechada por su pasado y sus dificultades económicas, Alex decide quedarse en Long Island y deambular como un fantasma por ese territorio de opulentas calles y jardines. Esta novela es una exploración de las dinámicas de poder y autoengaño a las que nos entregamos para sobrevivir.