Una pareja recorre en coche las carreteras del País Vasco. Ella, Ulia, quiere enseñarle a él, Gustavo, su tierra natal. Eligiendo siempre carreteras secundarias, se lo toman con calma: beben vino blanco en coquetos puertos, visitan campos de batalla de tiempos de los romanos y se hospedan en hoteles que recrean un pasado rural y sencillo.
Avanzan, pero el pasado los persigue: una historia de amor que comenzó durante los sucesos del 3 de marzo en Vitoria, y continuó entre refugiados en el País Vasco francés, las bombas, la cárcel, los vis a vis, las huelgas de hambre.
Y mientras Ulia intenta desvelarle esta historia del pasado a Gustavo, otra vida la obsesiona: la del compositor británico Benjamin Britten, sobre quien Ulia escribe una tesis doctoral. Homosexual, pacifista, padre durante unos pocos días de un niño vasco refugiado en Inglaterra, inglés universal que decidió renunciar a la guerra y cuyo pacifismo le marcaría de por vida.
Los turistas desganados es una novela sobre la actitud ante los conflictos, sobre la violencia y su legitimidad, y sobre la culpa colectiva y heredada. Pero es también una historia de amor, y un retrato contemporáneo y veraniego del País Vasco.