ste objeto precioso, y cada libro puede serlo, contiene películas y secretos del cine. Contiene versiones y emociones. Contiene la selección que inspiró a Carlota Vicens una ensoñación íntima: lo que resonó en su memoria, lo que impregnó su sensibilidad, lo que le despertó entrar en sí misma. Imágenes y películas, o travellings, primeros planos, efectos de montaje, expresiones del Mudo. Versiones de la vida hecha palabras. Y Bartolomé Seguí, una vez los versos cobran forma, dan vida, se hablan con la proporción y el ritmo que hacen encajar este tetris infinito de la sintaxis y la condensación, los regresa al imperio de la imagen. Sin el movimiento del cine, pero con el impacto indisociable de aquel fotograma que mejor representa la totalidad y la memoria.
