Esta selección de obras de la colección de Julián Castilla es la muestra de su voluntad de crear un corpus iconográfico propio, con preferencias estéticas propias y su inagotable labor buscadora. En el libro hay una representación de los fotógrafos de la generación de los cincuenta y sesenta. A Nicolás Muller, Català-Roca, Alfonso, Luis Escobar y Masats se han ido sumando Paco Gómez, Francisco Ontañón, Carlos Saura, Pérez Siquier, Sanz Lobato, Ricard Terré y Oriol Maspons. Se incorporan también algunos miembros notables de las promociones siguientes, como César Lucas, Ouka Leele, Isabel Muñoz y José Manuel Ballester; algunos clásicos, como Agustí Centelles y Joaquim Gomis; y un grupo de autores de difícil afiliación, como Pepe Buitrago, Beatriz Dubois y Ángel Gutiérrez Aguirre. Pero, quizás, lo más valioso es la presencia de algunos nombres clásicos de la fotografía universal, como Berenice Abbott, Robert Capa, Cartier-Bresson, Robert Doisneau, Elliott Erwitt, Horst P. Horst, André Kertész, William Klein, Alfred Stieglitz y Vivian Maier.