Juan Nava recoge más de 200 rótulos que reflejan una belleza atemporal. Para vertebrar la obra, el diseñador gráfico ha fotografiado letreros atractivos de distintas ciudades y los ha redibujado en su ordenador como si los produjera él mismo. En el camino, ha roto la escala y la perspectiva de dichos rótulos, eliminado la huella de los materiales y los colores y suprimido el ruido histórico hasta que las formas gastadas han revivido y lo artesanal se ha integrado en lo digital. El análisis, sin embargo, no llega hasta la letra: Juan Nava conserva el texto, nombres casi siempre logotipos avant la lettre de forma que incluso en la abstracción queda una resonancia biográfica. València, Barcelona, San Sebastián, Madrid, Ámsterdam, Oporto o París son algunas de las ciudades que han cobijado estos imponentes e interesantes rótulos.