Òscar se convirtió en padre y se quedó perplejo: esto no era como le habían contado. Hacerse cargo de la criatura e intentar conciliar la crianza con su trabajo de ilustrador... Casi nada. Fue ilustrando el primer año de convivencia con su hijo, reflexionando (con mucho humor) sobre todo lo que estaba viviendo: desde lo complicado que es abrochar los pijamas de bebé hasta el sentido más trascendental de la paternidad