Ígor piensa que ese viejo traje de miliciano va a ser la sensación en la fiesta de disfraces. Pero cuando se lo pone, se toma un coñac y sale a la calle vestido así, comienzan a suceder cosas extrañas. Muy extrañas. Pronto descubre que ese traje le permite viajar en el tiempo. En concreto, a la Unión Soviética del año 1957. ¿Quién ha metido a Ígor en este lío? Un misterioso jardinero. El jardinero de Ochákov.